1. Comienza por desalarIntroducir un género en abundante agua fría durante tiempo preciso para favorecer la pérdida de sal. las migas de bacalao en abundante agua fría unas 6-8 horas (Dependerá del grosor y del punto de curación del bacalao). Cámbiale el agua un par de veces.

2. Una vez desaladas y bien escurridas las migas, introdúcelas en un cazo con la leche y una pizca de pimienta blanca. Lleva a ebullición y deja hervir unos segundos, retira del fuego y reserva.

3. Vierte el aceiteGrasa obtenida de elementos vegetales tales como olivas, soja, girasol, etc. de oliva en un cazo, a fuego lento. Añade el ajo picado y una vez dorado, agrega la cebolla. Rehoga todo por espacio de 5 minutos aproximadamente.

4. A continuación añade la harina y trabaja la mezcla con varillas o espátulaPaleta larga o triangular y más ancha que se emplea para voltear géneros, recubrir con cremas o mezclar alimentos. unos segundos. Agrega la maizena, remueve hasta incorporarla perfectamente y vierte poco a poco la leche con el bacalao a la vez que mezclamos con el batidor de varillas. Al remover, el bacalao se irá desmigando sin necesidad de picarlo previamente.

5. Comprueba el punto de sazonamiento de la bechamel y añade sal si fuese necesario. Una vez cocida a fuego lento unos 5 minutos y que haya espesado lo suficiente, retira del fuego y atempera removiendo con frecuencia.

6. Escurre los piquillos y sécalos sobre un trozo de papel de cocina. Introduce la bechamel de bacalao en una manga pastelera con boquilla lisa y procede a rellenarlos, pero sin excesos. Colócalos en una cazuela de barro y añade la salsa de acompañamiento que más te guste: tomate, crema de zanahoria, calabaza, etc.

7. Calienta unos 10-15 minutos a fuego suave y los tendrás listos para degustar.